A partir del Golpe de Estado de septiembre de 1973 y hasta noviembre de 1974, en los inicios de la dictadura de Pinochet, la Embajada de México en Chile recibió en asilo a más de 700 personas. Culminado este periodo y en respuesta a la violaciones a los derechos humanos que se estaban cometiendo en Chile, el entonces presidente mexicano Luis Echeverría Álvarez, rompió relaciones diplomáticas con este país, las cuales fueron re establecidas en 1990, en el marco de la visita de Estado que efectuó el presidente de México Carlos Salinas de Gortari. A 25 años del re establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, «Memorias del Asilo, Chilenos en la Embajada de México», registra el encuentro entre el Embajador de México (2013-2015), Otto Granados, y tres ciudadanos chilenos que fueron asilados en la residencia oficial de dicha representación diplomática en esa época. En un recorrido por la residencia, 42 años después del Golpe, los protagonistas recuerdan todo lo que implicó vivir como asilados políticos en este significativo lugar, antes de ser acogidos como exiliados por el gobierno de México.
Con la participación de:
Patricio Hevia, Denise Pascal Allende, Armando Arancibia, Otto Granados
El 16 de mayo de 2023 el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos recibió la donación del archivo personal del doctor Oscar Soto Guzmán, médico y colaborador de Salvador Allende, quien estuvo junto al presidente durante sus últimas horas en La Moneda, aquella mañana del 11 de septiembre de 1973.
El doctor Soto nació en Bulnes en 1935 y se crió en Chillán. Estudió medicina en la Universidad de Chile y trabajó en el Hospital San Borja y en la Universidad Técnica del Estado. Posterior al golpe, después de haber sido llamado por bando y ser interrogado en el Ministerio de Defensa por el Servicio de Inteligencia Militar, se asiló en la embajada de México. Después de salir de Chile, vivió el exilio en México, Cuba y España, país donde reside junto a su familia desde 1974.
Sus memorias están recopiladas en los libros El último día de Salvador Allende (Aguilar/ El País, 1998) y Allende en el Recuerdo (Sílex Ediciones, 2003).
Para la entrega del archivo, el doctor Soto fue representado por su hijo Rodrigo Soto Téllez, quien se refirió al trabajo de archivo que comenzó a desarrollar su padre en el exilio. Las 15 cajas traídas desde Madrid por gestión diplomática del agregado cultural de Chile en España, Germán Berger, y de la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería (DIRAC), contienen importantes materiales sobre la solidaridad internacional con Chile, actividades de denuncia de los crímenes de la dictadura, publicaciones, recortes de prensa y correspondencia personal. Este acervo da cuenta de una labor de cinco décadas, primero, al servicio de las fuerzas democráticas en el exilio en contra de la dictadura y, en un segundo momento, a la difusión de la memoria y la verdad histórica.
Esta carta agradece el gesto de generosidad del matrimonio de Marta Precht y Carlos Sandoval junto a su familia, quienes cuidaron y protegieron a una niña de 6 meses, mientras sus padres sufrían persecución política. Ellos, en 1975, temiendo por sus vidas y por la integridad de la pequeña Paula, se vieron obligados a entregarla al cuidado de la iglesia a través del Comité para la Paz en Chile. Fue el ex sacerdote Cristian Precht quien buscó un hogar que pudiera recibirla mientras sus padres conseguían asilo político.
La niña pasó más de seis meses con esta familia, hasta que sus padres lograron partir al exilio a Cuba con ella. Después de un tiempo, escribieron esta carta a la Familia Sandoval Precht, en la que agradecen el amor y generosidad que le entregaron a Paula, y en la que hacen ver que estos gestos de bondad les ayudaron a sobrevivir en los difíciles tiempos de la dictadura.
Nació en enero de 1958. Traductora de checo-español y contadora. Trabaja en ACHNU. Salió a la ex Checoslovaquia a los 15 años de edad, prácticamente después del Golpe de Estado junto a su padre, madrastra y cinco hermanos. Retorna a Chile en 1983 con 25 años de edad. «Los momentos antes de salir de Chile fueron duros porque mi papá se asiló en una embajada y el día que nos íbamos nos llevaron a todos escoltados, no sé, era sentirse como delincuentes, era horroroso».