En 1973 era profesora de enseñanza básica en la Escuela Nº15 de Rancagua. Detenida en 1984 en una casa de seguridad del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, FPMR. Torturada en el Cuartel Borgoño. Estuvo encarcelada hasta fines de la dictadura.
El padre Luis Riquelme vivía en Rancagua al momento del golpe de Estado, posteriormente fue párroco en San Fernando. Desde un primer momento, junto a otros sacerdotes, decidieron dedicarse a prestar ayuda a los perseguidos políticos y a sus familiares. Realizaban visitas a las cárceles, reunían alimento y asistían a quienes necesitaban salir al exilio, entre otras actividades orientadas a sobrellevar las violaciones de los derechos humanos propias de la época.