El movimiento estudiantil jugó un rol transversal en la resistencia contra la dictadura, tanto los estudiantes secundarios como los universitarios buscaron maneras para democratizar sus casas de estudios y reagruparse colectivamente haciendo frente a la represión. Junto a los grupos de mujeres, a los familiares de víctimas y a organizaciones gremiales, llenaron las calles en las protestas, exigiendo el fin de la dictadura.