Hijas de Sebastián Acevedo, quien en noviembre de 1983, al enterarse de la detención y posterior desaparición de sus hijos Galo y María Candelaria, decide inmolarse frente a la catedral de Concepción, muriendo horas más tarde. Posteriormente su hija María Candelaria es nuevamente detenida y Érica sale al exilio, regresando a Chile en 1994.