Comité Permanente de Solidaridad
Francisco Murillo estuvo detenido en el campamento de prisioneros de Pisagua el año 1973 y luego fue relegado durante 3 años al poblado de Baquedano, en la región de Antofagasta. Al volver a Iquique se une al Comité Permanente de Solidaridad que, al alero del Obispado, prestó ayuda a los relegados que llegaban a la región y abrió las puertas de la Catedral tanto a familiares de víctimas como a los incipientes grupos de resistencia.