Oriundo de Puerto Aysén, tenía 14 años para el golpe de Estado. Participó en la Acción Católica Juvenil, y posteriormente se incorporó al trabajo en la Pastoral Social como encargado de Cáritas en Aysén. Trabajó con la Fundación para el Desarrollo de Aysén (FUNDA), en la reorganización de asociaciones gremiales y sindicatos. Hacia 1979 se crearon los comedores fraternos, el bar lácteo y otras instancias solidarias dirigidas a niños y familias vulnerables. También acompañó a los relegados políticos que llegaron a través de la Iglesia. Por su postura opositora a la dictadura, su organización fue vigilada durante todos esos años. En el periodo del plebiscito apoyó las instancias de proselitismo y organización cívica de la población.
Luis Acuña y Jorge Alcayaga
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Atacama (UDA) se democratiza en el año 1983, tras diversos esfuerzos de los estudiantes por ir recuperando espacios de representación. Respondiendo a los llamados a paros nacionales, la UDA se organiza y sufre violentos ataques represivos por parte de los militares. Como movimiento de resistencia cumple un rol protagónico, especialmente entre los años 1987 y 1988, apoyando la organización del plebiscito y la demanda por el fin de la dictadura.
Premio Nacional de Periodismo 2017, Alberto “Gato” Gamboa fue una de las notables plumas de la prensa nacional. Perteneció a aquella generación de periodistas formados a través del oficio y la experiencia. Su pluma nutrió inicialmente la prensa deportiva en el diario La Opinión y posteriormente trabajó en diferentes medios, como la revista Ercilla, las Noticias de Última Hora y La Gaceta. Miembro fundador del Colegio de Periodistas, hizo historia en uno de los medios más populares de su época, El Clarín, diario que dirigió desde principios de los años sesenta hasta el 11 de septiembre de 1973. Precisamente, su compromiso político con la Unidad Popular le valió, con la llegada de la dictadura, la prisión política y la tortura, pasando por el Estadio Nacional y el Campo de Prisioneros de Chacabuco. Estas experiencias están relatadas en el libro Un viaje por el infierno, obra maestra del periodismo testimonial, que fue publicado en 1984, inicialmente por capítulos que acompañaron a la revista Hoy. En dicho medio alternativo fue donde el Gato pudo retomar su labor después de salir en libertad y luego de trabajar en diferentes oficios, como la construcción, para poder subsistir. Su pluma fue responsable en el Fortín Mapocho, de aquel célebre titular “Corrió solo y llegó segundo” a una semana del triunfo del NO en el plebiscito de 1988. Ya en democracia, se desempeñó en diferentes medios como La Cuarta, La Época y La Nación, periódico donde pudo abordar temáticas relacionadas con la defensa y la investigación en derechos humanos, alternando dicha labor con la docencia y la enseñanza del periodismo. Falleció el 11 de enero de 2019, a los 97 años de edad.
Tenía 13 años al momento del golpe de Estado. Comenzó a participar en la capilla de las Hermanas de la Sagrada Familia y desde fines de los 70 se concentró en su formación religiosa. Vivió por un periodo en Santiago, donde participó en manifestaciones de oposición a la dictadura. Regresó a Coyhaique como laica hacia fines de 1983, momento en que se integró a la Pastoral Juvenil. Posteriormente, comenzó a trabajar en la Pastoral Social del Vicariato, donde se desarrollaron iniciativas de solidaridad enfocadas principalmente en niños y mujeres. Para la época del plebiscito fue colaboradora del programa Belén, con el que recorrió distintas comunidades de la región promoviendo la participación y el voto por el No.
Profesora, se desempeñó activamente en el movimiento de mujeres, MUDECHI, durante la dictadura, prestando ayuda a familiares de presos políticos y de víctimas de la dictadura. Participó de las diversas manifestaciones organizadas en las calles de Talca a favor del regreso de la democracia y junto a sus compañeras realizó una labor fiscalizadora del proceso de votaciones en el plebiscito del año 1988.
Nació durante el exilio de su madre, en Venezuela el año 1977. Es periodista y se dedica a la corresponsalía. Vuelve a Chile con su madre el año 1978, pero el año 1986 se vuelven a ir a Venezuela. Marianela retorna sola a Chile el año 1988 con doce años recién cumplidos. «Yo volví y a los pocos meses fue el plebiscito. Eso fue bien impactante porque yo salí con mis tíos y mis primas a celebrar a la Alameda y sentía que era el momento en que mi mamá también podía volver…»