Carmen Sotomayor Echeñique es la mayor de cuatro hermanos. Cursó sus estudios escolares en Las Ursulinas, donde formó parte de la Federación de Izquierda de Estudiantes Particulares. Vivió los años de la Unidad Popular siendo adolescente, participando de marchas y trabajos voluntarios. Posterior al golpe se cambia al Liceo 14 donde termina la enseñanza media. Ingresó a estudiar al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en 1975, donde se integra al trabajo de resistencia cultural y política, siendo parte del Pabellón J. En esos espacios participa de la fundación de la Revista Letras. En 1978 se hace militante del Movimiento Acción Popular Unitaria (MAPU). Ese mismo año se integró al Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE) realizando Talleres de Educación Popular y en un programa de deserción escolar en la población Los Nogales. Con el fin de la dictadura se integró al trabajo del Programa P 900 del Ministerio de Educación. Realizó un doctorado en Lenguaje en la Universidad Lovaina, Bélgica y posteriormente se integró al Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile. Actualmente es docente en Humanidades y Filosofía en la misma casa de estudios.
A cinco décadas del golpe que inició la dictadura civil militar, persisten preguntas respecto de los impactos de nuestra historia reciente en el presente y en el futuro, especialmente en las generaciones que no experimentaron de manera directa los hechos. Este archivo indaga en la memoria de nietas y nietos de víctimas de la represión dictatorial que, si bien nacieron en años posteriores, han establecido vínculos afectivos con el pasado, trazando líneas de continuidad con significaciones en el presente. Es la generación protagonista de las nuevas reivindicaciones del siglo XXI, testigos de una época convulsa, con nuevos desafíos, en una sociedad que pugna entre la negación y el reconocimiento. Son personas que establecen una conexión viva con las memorias de quienes les antecedieron.
Martina Aguilera Zuñiga es doctora especialista en oftalmología. Es casada y tiene una hija. Es nieta de Francisco Zúñiga Jeria, quien sufrió la prisión política y la relegación durante la dictadura. Se crió en una familia políticamente comprometida en la que ha tenido que ir construyendo las historias a partir de relatos y silencios, pero de la que ha heredado el compromiso con la justicia social y la memoria.
Ellos no se conocen, pero un archivo fílmico del 11 de septiembre de 1973 los reunirá después de 50 años.
Chas Gerretsen, fotógrafo Holandés, quien registró con su lente el golpe de Estado en Chile, nos visita nuevamente después de 10 años y nos entrega su relato sobre el 11 y el 18 de septiembre de 1973.
Chas se reecontrará con su imagen en movimiento en un archivo audiovisual inédito, y que él desconocía completamente.
Leo de la Barra, cineasta chileno, filmó el Palacio de La Moneda en llamas con tan solo 20 años. Fue preso y torturado. Vivió su exilio en Bélgica. Y después de 50 años vuelve a Chile a donar la cámara de cine ECLAIR 16 mm. al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y también el material fílmico digitalizado del 11 de septiembre de 1973.
Ambos nos invitan a un viaje hacia el pasado, memoria, reencuentros, anécdotas y emociones.
Y como hilo conductor, el libro de fotografías llamado “Chile. El archivo fotográfico 1973.1974” de Chas Gerretsen.
Quien fuera por 35 años miembro activo de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, integrante del taller de arpilleras y una de las fundadoras del conjunto folklórico de la agrupación, nos cuenta en este relato su vivencia estudiando en la Unión Soviética por cinco años y su vuelta a Chile en 1972. Además, narra cómo debe enfrentar el triste día 11 de septiembre de 1973, que condujo a la posterior detención y desaparición de su padre Víctor Díaz López, quien fue Dirigente Nacional de la CUT y Subsecretario General del Partido Comunista de Chile.