Colección de testimonios de trabajadores y trabajadoras de la cultura, quienes desde diferentes organizaciones generaron un esfuerzo colaborativo y solidario para luchar contra la dictadura a través de expresiones artísticas y creativas. Su historia es la prueba de que el apagón cultural nunca existió, a pesar de la represión. Además, como trabajadores fueron capaces de organizar, durante los diez primeros años de la dictadura, colectivos amplios y convocantes como lo fueron la Unión Nacional por la Cultura (UNAC) y el Coordinador Cultural.
Extractos de entrevistas realizadas a lo largo de todo Chile, a personas que cumplieron un rol significativo en la resistencia cultural contra la dictadura entre 1973 y 1990. En esta cápsula temática se da cuenta del rol político y social de la cultura y las diferentes expresiones artísticas, así como también las acciones que se dieron en las diferentes regiones de Chile.
La resistencia cultural también fue foco de persecución y violencia política lo que, a pesar de poner en riesgos a quienes participaron de ella, no logró detenerles ni callar su voz, lo que se puede ver hoy en el legado que trasmitieron a las nuevas generaciones de artistas.
Ambos llegan desde el norte de Chile a la ciudad de Coyhaique en la década de los ’80, contando cada uno con una trayectoria en el ámbito de la cultura. En esta ciudad encuentran un espacio de expresión artística y de resistencia política del que se hicieron parte. Tanto en el Sindicato de la Construcción como en el Galpón y La Peña, se generaron las instancias culturales, de encuentro social y reorganización política que posibilitaron la conformación de un movimiento local en contra de la dictadura. Tal como en otras regiones del país, en Coyhaique se comenzaron a abrir espacios culturales y de expresión social, donde se pudo problematizar la realidad que se estaba viviendo, marcada por la cesantía, la represión y las permanentes amenazas. A pesar de las dificultades el mundo de la cultura jugó un rol protagónico para conseguir el fin de la dictadura.
Carmen Durán, Luisa Valenzuela, Alberto Carrasco, Juan Loyola, Clara Emilia Torres, Claudio Riquelme, Esther Hernández, Francis Toledo, Américo Caamaño, Alejandro Altamirano y Juan Sandoval
Entrevista a un grupo de personas vinculadas a la resistencia cultural durante la dictadura en la región del Bío Bío. Estuvieron presentes representantes de Tomé, Hualpencillo, Chiguayante, Lota, Pedro de Valdivia Bajo, Talcahuano y Concepción. Algunos de ellos pertenecieron a organizaciones como CODEPU, AGECH, Arzobispado de Concepción, entre otras.
Liliana Trevizán Rispoli nació en Punta Arenas. Es la mayor de tres hermanas. Hija de migrantes croatas por el lado del padre, e italiana por parte de madre. Estudió en el Liceo María Auxiliadora de Punta Arenas. Su padre era democratacristiano y de ahí hereda una veta política. Con 12 años ya participaba en grupos cristianos de base, posteriormente en las Juventudes Obreras Católicas (JOC) y a los 15 años ingresa a militar en el MAPU. En 1972 llega a Santiago a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Chile. El 11 de septiembre de 1973 estaba en Punta Arenas y es detenida durante dos días en el Palacio de las Sonrisas, actual Casa de Memoria de Punta Arenas. Se retira de la carrera después de haber sido acusada de tirar panfletos en una marcha. En 1976 ingresa a estudiar Licenciatura en Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Ahí se une al movimiento de resistencia cultural y política que se estaba gestando, participando de la creación de la Revista Letras, Talleres de Cuentos y de los Comités de Resistencia. Terminó su carrera en la sede La Reina de la Universidad de Chile, después que la dictadura disolviera el Pedagógico. Se dedica a la docencia durante siete años y posteriormente fundan junto a otros colegas Una Escuela Alternativa Subvencionada en Maipú. Junto a su marido Oscar Sarmiento deciden irse de Chile a fines de los 80. Liliana se va a Oregon, Estados Unidos, a estudiar una maestría y luego un doctorado en Literatura Latinoamericana. Actualmente reside en Nueva York, donde está dedicada al trabajo académico.