El Archivo Oral del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos tiene por objetivo aplicar la metodología de registro oral para documentar historias personales y colectivas sobre el período de la dictadura. En esta línea de trabajo caben las micro-historias de organizaciones obreras, asentamientos campesinos, sindicatos, experiencias de exilio, por nombrar algunos. Su finalidad es construir un archivo de consulta que sirva a investigadores, académicos, estudiantes y usuarios interesados en conocer diferentes episodios represivos que afectaron a comunidades específicas y que fueron invisibilizados en su momento por las versiones oficiales.
Moisés Labraña Mena, inicia sus trabajos en la minería en la ciudad de Andacollo, en las auríferas de la IV Región. De militancia comunista, asume como dirigente nacional de la Confederación Minera de Chile en pleno periodo de la dictadura. Como otros dirigentes sindicales, fue reprimido por la dictadura, sufriendo prisión y relegación. Aun continua la labor de dirigencia en su Confederación.
Carlos Opazo Bascuñán, oriundo de San Javier de Loncomilla en la Región del Maule. Ingresa al movimiento sindical campesino en 1960, como encargado juvenil en el Sindicato La Victoria de Peñuelas. En dictadura asume el cargo secretario general de la Confederación Ranquil, cuando el movimiento campesino había sido duramente reprimido por la contra-reforma agraria. Al igual como ocurrió con varios dirigentes sindicales, sufrió prisión política, secuestro y relegación. Hoy continúa sus labores en temas campesinos, especialmente abocado al rescate y preservación de las semillas que corren riesgo de desaparecer por industrialización de productos transgénicos.
Sergio Troncoso Cisternas, nació en Angol. Recibió su carnet de militante del Partido Comunista a los 13 años de manos de Pablo Neruda. Hizo el servicio militar en la Armada, donde permaneció cinco años. Durante el gobierno de la Unidad Popular, trabajó en la Revista Ramona y posteriormente en el casino del Edificio UNCTAD. Después del golpe estuvo detenido en el Estadio Nacional. A su salida comienza a trabajar en la construcción y participa de la rearticulación del movimiento sindical desde ese rubro llegando a ser Presidente de la Confederación de Trabajadores de la Construcción. Su labor junto a otros dirigentes en la configuración de un movimiento masivo de oposición al régimen, le valió la persecución, la relegación y nuevas detenciones. Hoy continúa su labor y lucha desde el Sindicato de Trabajadores de la Construcción, Excavadores, Alcantarilleros y Actividades Conexas de la Región Metropolitana, cuya histórica sede en Serrano 444 se ha convertido en el Centro Cultural Héctor Cuevas Salvador.
Francisca Rodríguez Huerta, oriunda de antigua localidad rural de Lo Espejo en Santiago. Trabajó en el campo desde muy temprana edad. Llegó al sindicalismo en un periodo en que fue empleada de la Compañía de Correos y Telégrafos, lo que posteriormente la llevó a trabajar en el Departamento Juvenil de la CUT. Desde ahí se vincula con los sindicatos campesinos y la Confederación Ranquil. Desde antes de la dictadura, enfocó su labor en el movimiento de mujeres como encargada femenina de la Juventudes Comunistas, para después trabajar con mujeres del campo, labor que continúa hasta hoy en la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI.
Alicia Muñoz Toledo, oriunda de Molina, VII Región del Maule. Desde muy niña vivió la desigualdad y la injusticia que se cometía con los trabajadores rurales. Participó de los procesos de reforma agraria y la sindicalización campesina participando del Sindicato La Marcha, que pertenecía a la Confederación Ranquil , afiliada a la Central Única de Trabajadores. Posterior al Golpe, su familia y compañeros fueron reprimidos por la dictadura. Participó de la reconstrucción del movimiento sindical, primero al amparo de la Iglesia Católica y luego en la organización del departamento femenino de la Coordinadora Nacional Sindical. Hoy continúa su labor como dirigente de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI.
Patricia Coñomán Carrillo, mujer mapuche, dirigente sindical textil y militante del Partido Comunista. Sus primeras vivencias son en la comuna de San Miguel, en Santiago, pero su formación social y política comienza cuando participa de las tomas de terreno en El Bosque, comuna donde vive hasta el día de hoy. Desde los años 80 tiene una participación preponderante en la dirigencia de la Confederación Textil (CONTEXTIL), labores que tienen continuidad hasta el día de hoy como Secretaria de Derechos Humanos de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT.