A partir del Golpe de Estado de septiembre de 1973 y hasta noviembre de 1974, en los inicios de la dictadura de Pinochet, la Embajada de México en Chile recibió en asilo a más de 700 personas. Culminado este periodo y en respuesta a la violaciones a los derechos humanos que se estaban cometiendo en Chile, el entonces presidente mexicano Luis Echeverría Álvarez, rompió relaciones diplomáticas con este país, las cuales fueron re establecidas en 1990, en el marco de la visita de Estado que efectuó el presidente de México Carlos Salinas de Gortari. A 25 años del re establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, «Memorias del Asilo, Chilenos en la Embajada de México», registra el encuentro entre el Embajador de México (2013-2015), Otto Granados, y tres ciudadanos chilenos que fueron asilados en la residencia oficial de dicha representación diplomática en esa época. En un recorrido por la residencia, 42 años después del Golpe, los protagonistas recuerdan todo lo que implicó vivir como asilados políticos en este significativo lugar, antes de ser acogidos como exiliados por el gobierno de México.
Con la participación de:
Patricio Hevia, Denise Pascal Allende, Armando Arancibia, Otto Granados
Entrevista al fotógrafo Luis Poirot con motivo de la «La Sopa Derramada», exposición fotográfica de cien imágenes que revisan su trabajo registrando en Nueva York durante 1969, Bolivia y Ecuador en 1970 y el período de la Unidad Popular en Chile hasta 1973, experiencias que consolidaron su comprensión del lenguaje visual. En este testimonio se refiere a la selección del material, el momento histórico que le tocó registrar con su cámara, y a su particular filosofía autoral.
El Teatro Familiar de Barrio fue una compañía de actores aficionados que entre 1981 y 1991 trabajó con la premisa de llevar el teatro a la gente, actuando en casas, barrios, parroquias, centros culturales, sedes sociales y cualquier lugar propicio para compartir su arte con el público. El grupo fue creado por el actor y director Rubén Sotoconil, quien con una profunda fe en sus convicciones y en la de sus camaradas transformó este espacio en una trinchera de libertad creativa en pleno periodo de dictadura, interpretando obras de Georges Courteline, Bertolt Brecht y Héctor Aguilar, entre otros. A tres décadas de la creación de este proyecto, son sus propios miembros fundadores los que narran esta experiencia de expresión y lucha que los marcó para siempre.