Ambos llegan desde el norte de Chile a la ciudad de Coyhaique en la década de los ’80, contando cada uno con una trayectoria en el ámbito de la cultura. En esta ciudad encuentran un espacio de expresión artística y de resistencia política del que se hicieron parte. Tanto en el Sindicato de la Construcción como en el Galpón y La Peña, se generaron las instancias culturales, de encuentro social y reorganización política que posibilitaron la conformación de un movimiento local en contra de la dictadura. Tal como en otras regiones del país, en Coyhaique se comenzaron a abrir espacios culturales y de expresión social, donde se pudo problematizar la realidad que se estaba viviendo, marcada por la cesantía, la represión y las permanentes amenazas. A pesar de las dificultades el mundo de la cultura jugó un rol protagónico para conseguir el fin de la dictadura.