Testimonio de Luis Ramírez Rojas, empleado de una firma de tecnología de ultrasonido para fines médicos. Al momento del Golpe de Estado tenía 9 años y vivía en Antofagasta. Su madre ayudó a prisioneros del Campo de Chacabuco enviándoles correspondencia y mercadería, aprovechando cierta libertad que le daba su cargo de secretaria en la Intendencia, por lo que recibió algunos regalos de artesanía carcelarias que conserva hasta el día de hoy, que se muestran y explican en su relato.
Rigoberto Orellana Ávila es trabajador agrario de la zona de Lampa. Participó activamente del Proceso de la Reforma Agraria, siendo dirigente campesino. Luego del Golpe de Estado estuvo detenido en dos oportunidades, una en Peldehue y otra en un recinto de la CNI en Malloco. Hoy continúa sus labores sociales y organizacionales como Dirigente Vecinal de la Villa Esperanza en el sector de Estación Colina, en Lampa.
TESTIMONIO DE PATRICIO HEVIA RIVAS, médico pediatra y ex militante del MAPU. Trabajó en el Gobierno de la Unidad Popular en los “Programas de Fomento” del Ministerio de Salud. Después del Golpe de Estado tuvo que refugiarse en la Residencia del Embajador de México, donde estuvo casi seis meses antes de partir al exilio a ese mismo país. En su relato se refiere a estos elementos de su vida, además de su proceso de retorno, su reincorporación a la sociedad chilena y los trabajos de memoria a los que está dedicado en la actualidad como miembro del Colegio Médico.
Eduardo Loyola Osorio, nació en Chillán. Estudia Derecho en la Universidad de Concepción y en la Universidad de Chile. Desde joven comienza a militar en el Partido Socialista. Durante el gobierno de la Unidad Popular trabaja como encargado de relaciones laborales de la Compañía Disputada de las Condes, de la ENAMI. Después del Golpe de Estado, se integra a trabajar al equipo de abogados del Comité Pro Paz labor que continuó en la Vicaría de la Solidaridad. Por su experticia en temas laborales y sindicales se integra en la Vicaría Pastoral Obrera, donde trabaja con el Padre Alfonso Baeza. Durante los ‘80 se dedica a asesorar sindicatos del cobre y a la labor política para la recuperación de la democracia.
Testimonio de Soraya Lizama Marchant, empresaria del rubro de la alimentación. Al momento del Golpe de Estado tenía 2 años. Junto a su madre estaban a cargo de una olla común en la población La Pincoya, en Santiago, la que funcionó desde la época de la dictadura hasta los primeros años de la vuelta a la democracia. Con estas experiencias adquiridas, Soraya comenzó una pequeña empresa con la que continúa trabajando hasta el día de hoy.
Testimonio de Juan “Cocoa” Contreras, trabajador de la Textil Rayón Said en Quillota y militante del MIR. En su relato, se refiere a la experiencia de intervención por parte de los trabajadores de dicha industria y de los hechos que los afectaron posterior al Golpe de Estado, lo que determinó su exilio en Cuba y Francia entre 1974 y 1992, año en que retorna al país.