Claudina García, nacida en el seno de una familia minera de Tocopilla, desde muy niña estuvo conectada con la lucha social. Contrae matrimonio muy joven con Héctor Cuevas Salvador, dirigente de la construcción. Ambos militantes del Partido Comunista, les toca afrontar la represión de la dictadura, pues su marido sufrió la prisión política, tortura, relegación y expulsión del país. Ella se queda en Chile junto a sus hijos, para seguir en contacto con las organizaciones sociales y denunciar los atropellos de la dictadura, apoyando desde dentro la pelea por el derecho de vivir en la patria de su esposo. Claudina ha continuado el legado de “El Loco” Cuevas (quien falleció al poco tiempo de que se le permitiera regresar en 1985) en diferentes organizaciones sociales y es directiva del Centro Cultural que lleva el nombre de su marido, en la histórica sede de Serrano 444, en Santiago.
Sergio Troncoso Cisternas, nació en Angol. Recibió su carnet de militante del Partido Comunista a los 13 años de manos de Pablo Neruda. Hizo el servicio militar en la Armada, donde permaneció cinco años. Durante el gobierno de la Unidad Popular, trabajó en la Revista Ramona y posteriormente en el casino del Edificio UNCTAD. Después del golpe estuvo detenido en el Estadio Nacional. A su salida comienza a trabajar en la construcción y participa de la rearticulación del movimiento sindical desde ese rubro llegando a ser Presidente de la Confederación de Trabajadores de la Construcción. Su labor junto a otros dirigentes en la configuración de un movimiento masivo de oposición al régimen, le valió la persecución, la relegación y nuevas detenciones. Hoy continúa su labor y lucha desde el Sindicato de Trabajadores de la Construcción, Excavadores, Alcantarilleros y Actividades Conexas de la Región Metropolitana, cuya histórica sede en Serrano 444 se ha convertido en el Centro Cultural Héctor Cuevas Salvador.
Este Archivo Oral recoge las experiencias vividas por doce niñas, niños y jóvenes que nacieron o salieron al exilio a muy corta edad, producto de la situación represiva que vivía su familia después del Golpe de Estado de 1973. La mayoría de las/os entrevistados dejó Chile junto a su madre para reencontrarse con el padre en el país de acogida. Para algunas de ellas/os esta salida se convierte en el comienzo de un peregrinaje. Desde ese nuevo espacio fueron construyendo una historia donde descubrieron otras culturas y aprendizajes; experimentaron pérdidas y conocieron la ambivalencia en la construcción de la identidad personal y distintas concepciones de vida, tanto en el presente como en una visión de proyecto en un futuro, En esta ocasión nos aproximamos a un registro oral de carácter testimonial que aborda tres momentos de la historia de la experiencia del exilio de nuestras/os entrevistados:
a- el momento previo al exilio:
b- el momento de la vivencia del exilio; y
c- el momento del retorno a Chile.
Nació en octubre de 1963 en Puerto Montt. Trabajadora social en la organización social Nueva Escuela de Renca. Sale al exilio a los 18 años junto a su madre y seis hermanos para reencontrarse con su padre, en Finlandia, quien estaba en ese país luego de una larga persecución, detención y posterior pena de extrañamiento. Retorna a Chile en 1991. El exilio significa la desintegración familiar porque cuatro de sus hermanos formaron familia y se quedaron en Europa. Para ella, el retorno, es asociado con la posibilidad de volver a nacer. Está muy agradecida de la acogida de Finlandia, pero es en Chile donde quiere hacer sus aportes profesionales, culturales, sociales y políticos.
Nació en octubre de 1973. Diseñadora gráfica. Tiene una hija llamada Renata. A los dos años y medio de edad Valeria sale al exilio junto a su familia. Suecia les brinda la protección y estabilidad que Chile les negaba en esos momentos. Sus recuerdos de infancia son positivos. Vivió en un país que le dio acogida, aprendizajes y la posibilidad de crecer en colectivo y en medio de una diversidad cultural que aprecia infinitamente. El retorno a Chile lo asocia con una imagen de desorden, de bulla y vivie el gran contraste entre Sucai y Chile. Pero agrega, «aquí está mi raíz».
TESTIMONIO DE VICTOR ROJAS ESCOBAR, actor y ex militante del Partido Comunista. El Golpe interrumpe una prominente carrera en el Teatro Nacional de la Universidad de Chile. En medio de la situación represiva, sin oportunidades para los trabajadores de la cultura y después de varios intentos laborales, parte por vía marítima al exilio junto a su familia, instalándose en Costa Rica. En ese país puede volver a ejercer su profesión, tanto en la docencia como sobre las tablas. Regresa con su mujer y sus hijos después de una década fuera del país. Un retorno complejo en el que, no obstante, pudo dar continuidad a su gran pasión por la actuación en el teatro, la televisión y las aulas.