TESTIMONIO DE ARTURO O’CONELL, ciudadano argentino, economista, actualmente asesor del Banco Central de Argentina. En su testimonio, el señor O’Connell narra su experiencia en Chile durante los años de la Unidad Popular, época en la que se desempeñaba como profesor de la FLACSO y asesor del Ministerio de Hacienda, además de ser Militante del MAPU. Después del Golpe fue hecho prisionero político, pasando por la Escuela Militar y el Estadio Nacional. Cuando logra salir en libertad contribuyó al asilamiento de varias personas que estaban siendo perseguidas por la dictadura.
Entrevista en profundidad con Patricio Aylwin Azócar, primer Presidente de la República tras el fin de la dictadura, que ocupó el cargo entre marzo de 1990 y marzo de 1994. En 1973 era senador de la República y presidente de la Democracia Cristiana. Durante su gobierno creó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, que investigó casos de violaciones a los derechos humanos ocurridos entre 1973 y 1990. Durante la entrega al país de los resultados del trabajo de esta Comisión, a través del Informe Rettig, Aylwin, en su condición de Jefe de Estado, pidió perdón a los familiares de las víctimas de la dictadura.
Durante la dictadura fue detenida en su hogar y llevada a la cárcel del Buen Pastor de Coquimbo, donde permaneció un largo periodo, sin un juicio justo. En su relato da cuenta de cómo era la vida al interior de este centro de detención, de las condiciones en que llegaban otras presas políticas y el mal trato que se vivía. También es posible conocer los lazos de solidaridad que en esas condiciones se vivieron y permitieron salir adelante a muchas mujeres. Tras conseguir su libertad, Lucía se hizo parte de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, espacio en el que trabajó por el fin de la dictadura, ayudando a quienes eran violentados en sus derechos.
Esta es la historia de Ana Molina Hormazábal y el encuentro con su padre cuando sólo tenía 2 años y 6 meses de vida. Gracias a una fotografía y a una imagen en movimiento, se hace significativo el día 12 de octubre de 1973, cuando liberan a su padre desde el recinto de detención y tortura más grande que hubo en Chile una vez instalada la dictadura de Augusto Pinochet: el Estadio Nacional. Una foto, una portada de diario, el extracto de un documental, dan vida a este relato cargado de emoción y Memoria.
Rosaura es hija de de uno de los fundadores de la Confederación Campesina Ranquil, el dirigente comunista José Campusano, quien partió junto a toda su familia al exilio, después de pasar por la prisión política en diferentes centros de detención. Después de vivir un año en Paris, partió a estudiar junto a su hermano José en la Universidad Patrice Lumumba en Moscú, donde se tituló de Ingeniera en Agronomía. Retornó a Chile a principios de los 80 y colaboró en acciones de resistencia clandestina. Con el fin de la dictadura trabajó en la empresa privada y en los últimos años retomó labores de su especialidad en el Servicio Agrícola Ganadero, SAG. Hoy continúa militando en el Partido Comunista, en la célula que lleva el nombre de su padre.
Claudia partió al exilio a la edad de siete años, después que la dictadura asesinara a su padre, Víctor Enrique Fuenzalida, jefe técnico de la CORA en Quillota. Con su madre Aydée Jara y su hermano Víctor llegó hasta Zaporozhe, Ucrania. Fue enviada junto a su hermano al Internado Internacional de Ivanovo (Rusia), donde la adaptación fue muy difícil, aunque pudieron compartir con niños y niñas provenientes de diferentes países con pasados similares al suyo. Al finalizar sus estudios secundarios, cursó la carrera de enfermería. Retornó a Chile a principios de los años noventa, integrándose junto a su madre y otros familiares a la Comisión de Derechos Humanos de Quillota, para lograr justicia y verdad para su padre y otros trabajadores militantes de izquierda asesinados en lo que la dictadura y la prensa oficial llamó el caso “Asalto a la Patrulla”. Actualmente trabaja como enfermera especialista en atención de diálisis.