Iquiqueño, ingresó a la política a los 15 años, y llegó a militar en el Partido Radical. Estudió en una escuela industrial y después en la Escuela Normal. Relata como vivió el golpe de Estado y los días posteriores, hasta ser detenido por Carabineros y llevado a Pisagua. Relata los interrogatorios y el maltrato físico y sicológico al que fue sometido. Recuerda la visita de la Cruz Roja Internacional a Pisagua. Al salir de ese centro de detención, fue relegado a Pozo Almonte durante más de tres años, debiendo firmar diariamente en la Comisaría. Luego formó familia y se quedó en Pozo Almonte, trabajando en el liceo, hasta 1987, cuando fue exonerado. Volvió a Iquique, pero estuvo varios años sin encontrar un trabajo fijo, hasta el retorno de la democracia.
Ninón Neira, Noel Neira, Joaquín Real
Después del golpe de Estado, familiares de detenidos, profesionales y jóvenes, buscaron la manera de organizar la ayuda para quienes estaban siendo víctimas de la represión. En un contexto de amedrentamientos y persecuciones, poco a poco lograron realizar acciones concretas, defendiendo a algunos detenidos, acogiendo a los relegados, apoyando a quienes eran despedidos de sus trabajos y buscando espacios para la reorganización social y política. La Agrupación funcionó informalmente hasta 1985, año en que se constituye como Comisión Chilena de Derechos Humanos, capítulo Coyhaique, logrando una coordinación a nivel nacional. Tras el fin de la dictadura esta organización se mantiene activa y actualmente se conoce como Agrupación de Derechos Humanos de Coyhaique, dedicándose a la búsqueda de justicia y mantener viva la memoria.
Mario Alvarado, Carmen Alvarado, Domingo Sierra, Rosa Rivera, Edison Galdámez, Sonia Aguad y María Verónica Pizarro
El caso que los reúne es conocido como «Las Coimas», y ocurrió cuando se le dio muerte a un grupo de hombres que habían sido detenidos en Cabildo, quienes fueron ejecutados el 11 de octubre de 1973 atribuyendo la causa a la ley de fuga. Hoy, hijos y nietos se encuentran organizados en función de la justicia y la memoria de sus familiares.
Oriunda de Copiapó, Jimena fue militante socialista y estuvo casada con Carlos Quiroga Rojas, también socialista y militante del MIR. Quiroga fuetrasladado, previo al golpe de Estado, a la ciudad de Antofagasta por motivos laborales, y fue detenido por carabineros el día 12 de septiembre de 1973, siendo ejecutado el 20 del mismo mes. A partir de estos hechos ella junto a familiares de víctimas de la Caravana de la Muerte en Copiapó, organizó la ayuda que entregaba la iglesia y cooperó con la búsqueda de verdad y justicia de manera incansable hasta el día de hoy.
Diez días después que el MMDH abriera sus puertas, el 21 de enero 2010, Antonio González Yaksic se acercó hasta nuestro Centro de Documentación para entregar una valiosa donación. Son piezas que guardan relación con su experiencia de vida como preso político, especialmente de su paso por Isla Dawson. Don Antonio (“Antuco” para sus amigos y amigas), magallánico, químico farmacéutico de profesión, ex militante del Partido Comunista, funcionario del Ministerio de Obras Públicas al momento del golpe, sufrió los embates de haber sido una persona comprometida con el proyecto de la Unidad Popular. Fue detenido por militares en septiembre de 1973, afuera de la casa de su hermano Carlos González Yaksic -fallecido en 2008, quien fuera diputado por la Provincia de Magallanes a fines de los años 60 y alcalde de Punta Arenas en los 90-, también reprimido fuertemente por la dictadura. Algunos de los objetos que don Antonio entregó forman parte de la muestra permanente del Museo, especialmente piezas de artesanía realizadas en Dawson. Otras colecciones de su fondo incluyen, cartas, dibujos, documentos legales, certificados y recortes de prensa.
Comité Permanente de Solidaridad
Francisco Murillo estuvo detenido en el campamento de prisioneros de Pisagua el año 1973 y luego fue relegado durante 3 años al poblado de Baquedano, en la región de Antofagasta. Al volver a Iquique se une al Comité Permanente de Solidaridad que, al alero del Obispado, prestó ayuda a los relegados que llegaban a la región y abrió las puertas de la Catedral tanto a familiares de víctimas como a los incipientes grupos de resistencia.