Previo al 11 de septiembre de 1973 tuvo vinculaciones con el mundo eclesiástico, siguiendo la teoría de la liberación, posteriormente se desempeñó como profesora en el colegio católico de Antofagasta, donde encontró un espacio para organizarse junto al gremio docente y hacer frente a las políticas impuestas por la dictadura. En esta entrevista comenta cómo se dio esta coordinación y las vinculaciones que alcanzaron a nivel nacional.
Ambos llegan desde el norte de Chile a la ciudad de Coyhaique en la década de los ’80, contando cada uno con una trayectoria en el ámbito de la cultura. En esta ciudad encuentran un espacio de expresión artística y de resistencia política del que se hicieron parte. Tanto en el Sindicato de la Construcción como en el Galpón y La Peña, se generaron las instancias culturales, de encuentro social y reorganización política que posibilitaron la conformación de un movimiento local en contra de la dictadura. Tal como en otras regiones del país, en Coyhaique se comenzaron a abrir espacios culturales y de expresión social, donde se pudo problematizar la realidad que se estaba viviendo, marcada por la cesantía, la represión y las permanentes amenazas. A pesar de las dificultades el mundo de la cultura jugó un rol protagónico para conseguir el fin de la dictadura.
Rodemil Aranda Flores, Manuel Rodríguez, Juan Meneses, Mario Márquez
El movimiento sindical del cobre en la región del Libertador Bernardo O´Higgins fue intervenido por las autoridades militares tras el golpe de estado. Posteriormente, tras diversas presiones de los mismos trabajadores, se logró la realización de elecciones, en las que salieron electos representantes de diferentes tendencias políticas. Organizaron una serie de acciones contra la dictadura, como también dieron acogida a organismos de DDHH y a actividades culturales. Muchas veces, la realización de esté tipo de actos costó la libertad de los dirigentes sindicales.
Tenía 13 años al momento del golpe de Estado. Comenzó a participar en la capilla de las Hermanas de la Sagrada Familia y desde fines de los 70 se concentró en su formación religiosa. Vivió por un periodo en Santiago, donde participó en manifestaciones de oposición a la dictadura. Regresó a Coyhaique como laica hacia fines de 1983, momento en que se integró a la Pastoral Juvenil. Posteriormente, comenzó a trabajar en la Pastoral Social del Vicariato, donde se desarrollaron iniciativas de solidaridad enfocadas principalmente en niños y mujeres. Para la época del plebiscito fue colaboradora del programa Belén, con el que recorrió distintas comunidades de la región promoviendo la participación y el voto por el No.
Desde los primeros años de la dictadura prestó ayuda a los presos políticos y a sus familias. Posteriormente trabajó en la oficina de la región de la Araucanía de la Fundación para la Protección de la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia (PIDEE).
Miembros del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) Antofagasta, estos hermanos relatan cómo se vincularon a los movimientos de resistencia contra la dictadura, prestando ayuda a los familiares de víctimas y a los presos políticos. En su relato también es posible conocer la serie de amenazas y amedrentamientos que tanto ellos como su familia recibían permanentemente por el trabajo que realizaban.