Pamela Farias Antognini es hija de una familia nortina que emigra a Santiago. Su padre y su madre trabajaban en el poder judicial. Tiene dos hermanas. Después del golpe, su padre (Juez del Segundo Juzgado del crimen de militancia Radical) es trasladado a Punta Arenas y luego despedido. Posterior a eso su familia se auto exilia en Bélgica y luego en España, retornando en 1977. Pamela Comenzó a militar en el MAPU desde muy joven. Ingresa al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en el año 1980 a estudiar Pedagogía en Castellano, también con el objetivo de desarrollar acciones políticas desde lo cultural. Al terminar su carrera se dedicó por un tiempo a la docencia, pero comienza a vincularse con espacios de educación popular y con organizaciones feministas. Participa en La Morada y se integra a colectivo de mujeres cercanos al Partido Socialista. Luego del fin de la dictadura se integra a la Dirección del Trabajo y durante la primera administración de Michelle Bachelet fue encargada de Género del Ministerio del Trabajo. En el segundo gobierno de Michelle Bachelet fue directora del PRODEMU (Promoción y Desarrollo de la Mujer). Desde el 2018 se dedica a la Consultoría Desarrollo Previsional y Género en temas de acoso laboral y sexual. Proyecto del PNUD.
María Eliana Santibáñez Viani, proviene de una familia con siete hermanos. Vivió su infancia en permanente movimiento por el trabajo de su padre, el periodista Edgardo Santibáñez. Al momento del golpe, vivían en Valdivia pues el profesional había asumido la dirección del Diario Austral. Valdivia era una ciudad era muy militarizada, por lo que le tocó ser compañera de colegio de hijas de varios militares golpistas. A mediados de los 70, Eliana se traslada junto a su familia a Santiago, terminando su enseñanza media en el Liceo N° 7 de Niñas. Por esos años se integra a la Parroquia Universitaria, logrando conectar la labor cristiana con lo político conociendo la labor del párroco Percival Cowlley. Ingresa a estudiar Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile e insertándose a las acciones de resistencia y solidaridad en el Pabellón J. Posteriormente tuvo una trayectoria laboral diversa. Ya en democracia trabajó en la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer PRODEMU. Actualmente realiza talleres de escucha en el Santuario del Padre Hurtado para adolescentes y adultos mayores.
El movimiento estudiantil jugó un rol transversal en la resistencia contra la dictadura, tanto los estudiantes secundarios como los universitarios buscaron maneras para democratizar sus casas de estudios y reagruparse colectivamente haciendo frente a la represión. Junto a los grupos de mujeres, a los familiares de víctimas y a organizaciones gremiales, llenaron las calles en las protestas, exigiendo el fin de la dictadura.
En el año 2009, durante el proceso de construcción del MMDH, Geneviève Jacques llegó hasta las oficinas del equipo encargado del acopio de las colecciones que posteriormente darían forma al patrimonio inicial del Museo. Traía desde Francia una valiosa colección de arpilleras realizadas por mujeres chilenas, que había atesorado desde fines de los años 70; es decir, trasladaba estos textiles de vuelta a la tierra donde se habían creado. Dos años después, el 13 de enero de 2011, Geneviève pudo conocer el Museo en pleno funcionamiento, momento en el que aprovechamos de registrar su testimonio.
Geneviève y su marido André Jacques realizaron un comprometido trabajo de solidaridad a través de CIMADE (Comité Inter-Mouvements Auprès Des Evacués/ Comité para la Coordinación de Actividades de los Desplazados), apoyando la labor de artesanas arpilleristas chilenas para financiar comedores infantiles a través de la Vicaría de la Solidaridad.
Entre los años 1974 y 1975, la abogada Gabriela Correa trabajó junto a un grupo de mujeres en el Comité de Cooperación para la Paz en Chile (Propaz). Luego en 1983 fue una de las fundadoras del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU, en la V Región.
Filomena nació en Argentina y llegó a Chile a temprana edad. Comenzó a militar en las Juventudes Comunistas y posteriormente se hizo parte del Departamento Femenino del Sindicato de la Construcción, cuya sede concentraba las acciones de resistencia en Coyhaique. También integró la organización de mujeres emprendedoras, los Comités de Pobladores y el Movimiento de Mujeres por la Vida –que se forma en la ciudad después de la inmolación de Sebastián Acevedo en Concepción-. En todas estas instancias fue partícipe de variadas acciones para la recuperación de la democracia.