Claudina García, nacida en el seno de una familia minera de Tocopilla, desde muy niña estuvo conectada con la lucha social. Contrae matrimonio muy joven con Héctor Cuevas Salvador, dirigente de la construcción. Ambos militantes del Partido Comunista, les toca afrontar la represión de la dictadura, pues su marido sufrió la prisión política, tortura, relegación y expulsión del país. Ella se queda en Chile junto a sus hijos, para seguir en contacto con las organizaciones sociales y denunciar los atropellos de la dictadura, apoyando desde dentro la pelea por el derecho de vivir en la patria de su esposo. Claudina ha continuado el legado de “El Loco” Cuevas (quien falleció al poco tiempo de que se le permitiera regresar en 1985) en diferentes organizaciones sociales y es directiva del Centro Cultural que lleva el nombre de su marido, en la histórica sede de Serrano 444, en Santiago.
TESTIMONIO DE ELIANA OBAL ZÚÑIGA, paramédico, militante del Partido Comunista. Al momento del Golpe trabajaba en la coordinación de COCEMA en Curicó. Sufrió la prisión política y tortura, pasando por varios recintos de detención como Villa Grimaldi, Tres y Cuatro Álamos. Parte al exilio junto a su familia radicándose en México, donde trabajó como secretaria del Embajador de la RDA. Retorna en 1986 y vive un periodo complejo de desadaptación y disgregación familiar del que logró sobreponerse. Actualmente vive en Puente Alto con su marido, cerca de sus hijos y nietos.