En febrero de 2013, Exequiel Díaz Carroza llegó hasta el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos para entregar una valiosa donación. Siendo un joven Cabo 1º del Ejército, cumpliendo funciones en el Regimiento Nº19 Colchagua de San Fernando, comenzó a registrar una bitácora personal. Eran los días posteriores al golpe de estado y en un cuaderno fue anotando todos los ingresos y las salidas de los prisioneros políticos que llegaban hasta ese recinto militar. Los gestos humanitarios que tuvo con los prisioneros durante los primeros meses de la dictadura, le costaron al señor Díaz la expulsión del Ejército y posterior persecución por los servicios represivos. Sin embargo, sus acciones sirvieron, tres décadas después, para confirmar varios casos ante la Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura.
Socióloga de formación, se une a los movimientos de resistencia en la década de los 80. Se vinculó al Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), trabajó en los programas de educación para la democracia. También fue parte del Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, que llevó a cabo diversas acciones de denuncia contra la dictadura en la ciudad.
Dibujante y humorista gráfico, creador del mítico Enano Maldito, personaje que comentaba la actualidad nacional en la portada del diario Puro Chile durante la época de la Unidad Popular. También conocido por su seudónimo de Orsus, comenzó publicando sus dibujos en la revista El Pingüino, donde trabajó con autores de la talla de Pepo, Guido Vallejos y Themo Lobos. En la segunda mitad de los años 60 creó la revista Icarito, suplemento educativo del diario La Tercera. Después del golpe de Estado, Mateluna fue detenido y torturado por la dictadura, por lo que tuvo que abandonar el país para vivir en Lima, Londres e Ibiza, lugar donde desarrolló una dilatada labor como acuarelista. Luego de su retorno a Chile, se estableció en la ciudad de Los Andes, donde se dedicó a la realización de publicaciones institucionales. Vivió sus últimos días junto a su familia en la localidad de La Ligua, hasta su fallecimiento el 29 de noviembre de 2019.
Premio Nacional de Periodismo 2017, Alberto “Gato” Gamboa fue una de las notables plumas de la prensa nacional. Perteneció a aquella generación de periodistas formados a través del oficio y la experiencia. Su pluma nutrió inicialmente la prensa deportiva en el diario La Opinión y posteriormente trabajó en diferentes medios, como la revista Ercilla, las Noticias de Última Hora y La Gaceta. Miembro fundador del Colegio de Periodistas, hizo historia en uno de los medios más populares de su época, El Clarín, diario que dirigió desde principios de los años sesenta hasta el 11 de septiembre de 1973. Precisamente, su compromiso político con la Unidad Popular le valió, con la llegada de la dictadura, la prisión política y la tortura, pasando por el Estadio Nacional y el Campo de Prisioneros de Chacabuco. Estas experiencias están relatadas en el libro Un viaje por el infierno, obra maestra del periodismo testimonial, que fue publicado en 1984, inicialmente por capítulos que acompañaron a la revista Hoy. En dicho medio alternativo fue donde el Gato pudo retomar su labor después de salir en libertad y luego de trabajar en diferentes oficios, como la construcción, para poder subsistir. Su pluma fue responsable en el Fortín Mapocho, de aquel célebre titular “Corrió solo y llegó segundo” a una semana del triunfo del NO en el plebiscito de 1988. Ya en democracia, se desempeñó en diferentes medios como La Cuarta, La Época y La Nación, periódico donde pudo abordar temáticas relacionadas con la defensa y la investigación en derechos humanos, alternando dicha labor con la docencia y la enseñanza del periodismo. Falleció el 11 de enero de 2019, a los 97 años de edad.
Luisa Castaldi, Héctor Vega y Margarita Cabrera
Este equipo del programa de Denuncia, Investigación y Tratamiento de la Tortura, de víctimas de la represión y su núcleo familiar del CODEPU, se forma en el año 1986 y se destaca por el trabajo interdisciplinario para abordar las problemáticas vinculadas a su campo de acción. Teniendo sede central en Santiago, funcionó en Valparaíso hasta 1992.
Nacida en Puerto Aysén, proviene de una familia de militantes comunistas. Durante la Unidad Popular tuvo participación en las actividades sociales en la ciudad. Desde el mismo 11 de septiembre su familia sufrió la represión directa; su padre y dos de sus hermanos fueron detenidos y sometidos a torturas. Ella fue detenida y luego puesta en libertad, pero desde ese momento vivió permanentes situaciones de amedrentamiento, allanamientos y amenazas. Pese a esto, se mantuvo activa en la clandestinidad. Participó en los primeros pasos de reorganización partidista y luego en las primeras manifestaciones que se dieron en contra de la dictadura.