Nació en Coquimbo y llegó a Iquique a las 10 años. Poco después empezó a trabajar en el puerto, en variadas labores. En 1971 hizo el servicio militar, tras lo cual volvió a trabajar como cargador en el puerto, y luego en la misma función en una empresa estatal de alimentos, donde se encontraba el día del golpe de estado. El 6 de octubre acudió a la sede local del Partido Comunista, donde militaba, y quemó las fichas de los militantes, para protegerlos. Fue detenido esa madrugada, llevado al Regimiento de Telecomunicaciones, donde fue golpeado y torturado, y luego a la cárcel de Iquique y más tarde al Campamento de Pisagua. Después de 3 años de prisión, partió al exilio.
Esta carta agradece el gesto de generosidad del matrimonio de Marta Precht y Carlos Sandoval junto a su familia, quienes cuidaron y protegieron a una niña de 6 meses, mientras sus padres sufrían persecución política. Ellos, en 1975, temiendo por sus vidas y por la integridad de la pequeña Paula, se vieron obligados a entregarla al cuidado de la iglesia a través del Comité para la Paz en Chile. Fue el ex sacerdote Cristian Precht quien buscó un hogar que pudiera recibirla mientras sus padres conseguían asilo político.
La niña pasó más de seis meses con esta familia, hasta que sus padres lograron partir al exilio a Cuba con ella. Después de un tiempo, escribieron esta carta a la Familia Sandoval Precht, en la que agradecen el amor y generosidad que le entregaron a Paula, y en la que hacen ver que estos gestos de bondad les ayudaron a sobrevivir en los difíciles tiempos de la dictadura.
Hijo de obrero, iquiqueño de nacimiento y obrero portuario hasta 1973. Tras el golpe de estado fue exonerado y más tarde detenido, llevado al Regimiento de Telecomunicaciones y luego al Campamento de Pisagua, donde fue sometido a interrogatorios y torturado. Fue condenado a pena de muerte en un Consejo de Guerra, luego de lo cual se le conmutó la pena por 25 años de cárcel. Por mediación de la iglesia, se le conmutó la pena por extrañamiento, por lo cual salió al exilio a Holanda.
El padre Luis Riquelme vivía en Rancagua al momento del golpe de Estado, posteriormente fue párroco en San Fernando. Desde un primer momento, junto a otros sacerdotes, decidieron dedicarse a prestar ayuda a los perseguidos políticos y a sus familiares. Realizaban visitas a las cárceles, reunían alimento y asistían a quienes necesitaban salir al exilio, entre otras actividades orientadas a sobrellevar las violaciones de los derechos humanos propias de la época.
El día 17 de octubre del año 1973 su padre Pedro Pérez Flores fue asesinado por la caravana de la muerte, a los 29 años, junto a otras 15 personas que se encontraban detenidas en el regimiento, de los cuales tres permanecen desaparecidos. Posteriormente su madre consigue salir al exilio a Holanda junto a sus hijos. Mantuvieron una permanente relación con Chile, así como la demanda por verdad y justicia.
Sergio Insunza Barrios (5 de mayo de 1919 – 19 de julio de 2014), abogado, ex Ministro de Justicia de la Unidad Popular, donó en vida su extenso archivo personal, que fue acopiando desde 1974 hasta 1990. Este da cuenta de un incansable trabajo durante su exilio, a través de la denuncia internacional sobre el actuar de la dictadura en organizaciones como la Asamblea de Juristas Democráticos y la Comisión Internacional Sobre los Crímenes de la Junta Militar en Chile –que sesionó entre 1974 y 1978 en Europa, Africa y América Latina. En el presente video se incluyen las palabras de sus nietos registradas el 7 de julio 2011. Carolina Aguilera Insunza, socióloga y doctora en arquitectura, explica las características, la importancia y el valor de la consulta de este archivo. Por su parte, Matías Insunza estuvo presente en la ceremonia de donación para recalcar el valor del homenaje a este jurista y político que dedicó una importante parte de su vida en el destierro al activismo y la solidaridad, logrando concitar voluntades y respaldos en diferentes lugares del mundo.