Fue regidor de la localidad de Pueblo Hundido, actual ciudad de Diego de Almagro. Militante comunista, recibió a Salvador Allende durante sus campañas y también cuando ya fue presidente. Tras el golpe de Estado estuvo detenido por un año y luego de salir en libertad, participó de los movimientos sociales en contra de la dictadura.
Al momento del golpe de Estado tenía 15 años, era dirigente estudiantil y miembro de las Juventudes Socialistas. Trabajó en FUNDA entre 1979 y 1986. Durante ese periodo, colaboró activamente con la organización femenina en la región, promoviendo la asociatividad y empoderando a las mujeres, principalmente desde el punto de vista productivo. Trabajó con jóvenes en materia de educación popular, formó parte del movimiento Mujeres por la Vida en Coyhaique, llevando a cabo acciones muy de cerca al Sindicato de la Construcción. Posteriormente, se enfocó en el trabajo político de manera más abierta, participando en las distintas instancias de la campaña por el No.
Dirigente político del Partido Socialista, pirquinero, el 11 de septiembre de 1973 vivía en Vallenar. Desde ese mismo día junto a otros mineros, intentaron resistir la violencia política, tomándose algunas minas del sector, lo que no prosperó. Finalmente, tras estar oculto un tiempo en Alto del Carmen, fue detenido y puesto en libertad cinco días después. Hermano de Alejandro Rodríguez Rodríguez, obrero de Chuquicamata, asesinado por la caravana de la muerte en octubre de 1973 en Calama. Con el paso de los años Ibar logró formar parte de los movimientos de resistencia que se conformaron en Vallenar para luchar en contra de la dictadura.
Oriunda de Chile Chico, luego del golpe de Estado emigró con su familia hacia Argentina, donde comenzó a trabajar en redes de solidaridad. Al retornar a Chile en 1977, se integró al trabajo social que se estaba gestando en el Sindicato de la Construcción de Coyhaique. En 1981 participó de la creación de la primera olla común y del Comité de Cesantes. También se hizo parte del Departamento Femenino del Sindicato de la Construcción y participó en encuentros nacionales en una época en que se agudizó la represión contra los dirigentes. En mayo de 1983 volvió a Argentina, donde formó parte del primer Chile Democrático, en Comodoro Rivadavia. Su regreso definitivo a Chile se produjo en 1987, año en que se integró al movimiento Mujeres por la Vida y al Comando Unitario de Pobladores, fomentando la creación de los “comandos poblacionales del No”.
TESTIMONIO DE JOSÉ ALDUNATE, sacerdote católico chileno, perteneciente a la Compañía de Jesús. Influido por la figura del Padre Alberto Hurtado, continuó su labor social y de ayuda a los más desprotegidos transformándose en “cura obrero”. Luego del Golpe de Estado, se hizo parte de la red de ayuda que configuraron las iglesias cristianas para poder asilar en sedes diplomáticas a personas perseguidas. Participó de la creación de la revista de denuncia “No podemos callar”, posteriormente bautizada como “Policarpo”. También fue uno de los fundadores del Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, que denunció de manera pacífica (inspirados en las figuras de Mahatma Gandhi y Martin Luther King), las violaciones de derechos humanos que se estaban cometiendo en el régimen de Pinochet.
Durante la dictadura, Angélica Pacheco fue parte de los movimientos de mujeres y trabajó en el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) en la ciudad de Osorno. En el presente testimonio, relata su experiencia en el trabajo poblacional y con grupos de jóvenes que se organizaba para hacer frente a la represión de la época. Rodolfo Balbontín, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario, cayó preso por primera vez en 1974 en Osorno, luego fue nuevamente detenido junto a otros militantes, siendo trasladados a Villa Grimaldi, 3 y 4 Álamos, y finalmente Puchuncaví; logró su libertad a fines de 1976. Fue impulsor de la Agrupación de ex Presos Políticos, que junto a las agrupaciones de familiares y algunas organizaciones sociales, formaron el Coordinador de Derechos Humanos de Osorno.